
Andrés de Vandelvira, nacido en Alcaraz (Albacete) alrededor de 1505 y fallecido en Jaén en 1575, es una figura clave en la arquitectura renacentista española. Su origen familiar y social es objeto de diversas teorías. Su apellido, que algunos consideran de ascendencia flamenca, «Van der», y otros como español, «Juan el de Elvira», se asienta en Alcaraz desde el siglo XV. Documentos y su propio testamento lo mencionan como “Vandaelvira”, aunque otros lo llaman “Valdelvira”. Su apellido, poco común fuera de Alcaraz, finalmente se consolidó como Vandelvira en el siglo XVII.
La formación de Vandelvira en la cantería posiblemente se inició en un taller familiar. Aunque durante mucho tiempo se creyó que era hijo de Pedro de Vandelvira, quien trabajó en la Catedral de Jaén, investigaciones posteriores lo desmienten. Lo cierto es que Vandelvira comenzó a trabajar en la cantería en Alcaraz en 1523, y colaboró con Francisco de Luna, maestro cantero, con quien trabajó en Uclés y se casó con su hija, Luisa de Luna.
El trabajo en Uclés expuso a Vandelvira al estilo renacentista «plateresco», caracterizado por elaboradas ornamentaciones. En 1531, se encargó de la construcción del alhorí en Alcaraz, destacando su experiencia en Uclés. Pronto, se asentó en Villacarrillo (Jaén) con su familia, donde trabajó en la iglesia parroquial de la Asunción, adoptando innovaciones en la arquitectura.
La Orden de Santiago desempeñó un papel crucial en su carrera. A través de Francisco de Luna, Vandelvira se involucró en varios proyectos en la Sierra de Segura. Su gran oportunidad llegó con Francisco de los Cobos, secretario del Emperador Carlos V, quien planificó la transformación de Úbeda, su ciudad natal, en un centro renacentista. Vandelvira trabajó en Sabiote y Úbeda, adjudicándose la obra de la capilla de El Salvador, diseñada por Diego de Siloé, y otros proyectos.
La sacristía de El Salvador en Úbeda (1540) marcó un punto de inflexión en su estilo, incorporando el clasicismo renacentista y técnicas innovadoras como la estereotomía, el arte del corte de piedra. Este estilo se refleja en sus trabajos posteriores, incluidos el Hospital de Santiago en Úbeda y la Catedral de Jaén.

Vandelvira también trabajó en Baeza, donde construyó la capilla funeraria en San Francisco (1538). Su fama se extendió, siendo consultado para la Catedral de Málaga y participando en proyectos en San Clemente (Cuenca). En 1553, fue nombrado maestro mayor de la Catedral de Jaén, donde desarrolló un estilo más sobrio y clasicista.
Su obra se distingue por el dominio de la estereotomía y la adaptación del clasicismo a las tradiciones locales. La Sacristía de la Catedral de Jaén y el Hospital de Santiago son ejemplos de su madurez arquitectónica, mostrando una sobriedad ornamental y un enfoque geométrico innovador.
Aunque no dejó un sólido taller familiar, sus hijos continuaron su legado. Alonso de Vandelvira destacó en la Baja Andalucía y escribió un manuscrito sobre técnicas de cantería, influyendo en generaciones futuras. Vandelvira es reconocido hoy en grandes templos catedralicios, incluso en América, siendo un referente de la arquitectura renacentista española.
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